1.11.11

Recursos educativos digitales

No me gusta hablar de “contenidos digitales”. Creo que simplifica y confunde. Los contenidos no son digitales. Sin embargo, esta denominación se ha impuesto.

Todo lo que tengo que decir sobre este tema está resumido en la presentación que hice en la mesa de “Contenidos digitales” del VI Encuentro Internacional EducaRED. Así que publico una versión autoejecutable que recoge la idea de Pecha Kucha y el laconismo de Twitter. Un pequeño juego para hacer más atractiva mi exposición y quitarle dramatismo al tema.




El libro de texto en formato digital ha suscitado excesiva controversia. En mi opinión, hay demasiada ideología en el asunto. Jamás he usado libro de texto pero no soy juez de lo que otros son capaces de hacer en sus clases. Los mejores profesores que conozco han hecho libros de texto, así que alguna virtud tendrá. Profesores “infumables” los hay con y sin libro de texto.

Creo francamente que es posible transformar cualquier cosa en recurso educativo: un periódico, una partitura, una sinfonía, un mapa o una fotografía. Y no solamente “cosas”, también una duda, un problema real, una conversación. Un buen docente, ¿no debería poder convertir cualquier aspecto de la realidad en un recurso educativo? Eso trato de hacer, no siempre con éxito.

En mi caso, por ejemplo, me sobran “contenidos” y recursos digitales. Los de las editoriales, los de las administraciones, los de Agrega, los de Àtria o los miles de repositorios que hay por la web. Las dificultades graves las tengo en otros aspectos de la docencia: el seguimiento, la personalización, la evaluación, la tutoría… Ahí sí que me faltan recursos. Y no precisamente digitales.

Quizás la necesidad de contenidos o de recursos digitales no sea una de las causas de la mala calidad de las clases. Seguramente es un síntoma más de la impotencia del colectivo para cambiar. Quizás la inmensa mayoría de profesores desearíamos dar clase de otra manera, pero no sabemos cómo hacerlo. Quizás deberíamos preocuparnos más de ayudarles y menos de juzgarles o de acusarles de usar determinado tipo de “contenido digital”…

Todo el mundo dice que la educación debe cambiar. Vayan a una clase y háganlo. Luego lo generalizan en su centro y lo escalan a todo el sistema. Cuando lo tengan, por favor, me avisan.


27.3.11

Formación tecnológica

El ciclo de uso de los dispositivos digitales es muy corto. Y el del programario, no digamos. Esto significa que adoptar una tecnología requiere una actitud de permanente “actualización”, de aprendizaje continuo. Y todos sabemos que aprender requiere tiempo y esfuerzo, bienes escasos. Añadamos que la formación, sea formal o informal, suele formar parte de los extras en la jornada laboral de los docentes. En efecto, tenemos un problema.

A veces, los colegas me preguntan si vale la pena aprender Moodle, aprender a editar wikis o blogs, aprender a usar los programas de las pizarras digitales interactivas, etc. No hay una respuesta correcta, pero debería haber ciertos criterios generales para tomar decisiones sobre la propia formación tecnológica. ¿Podrían ser estos?

1. Aprende tecnología que resuelva una carestía existente. Nada de crear nuevas necesidades. Recuerda: vas escaso de tiempo y atención. Distingue la exploración tecnológica de la adopción tecnológica. Rectificar (rápido) es de sabios.

2. Aprende tecnología de fácil manejo, a menos que tengas plenamente garantizada su utilidad a medio plazo. Haz un razonamiento estrictamente económico de esfuerzos versus beneficios. Si vas a administrar un EVA, a programar en Scratch, a editar partituras en Finale,... considéralo una inversión a medio plazo. Valora los riesgos de tu inversión.

3. Aprende tecnología que puedas usar inmediatamente, aunque sea a un nivel muy elemental. Nada de "formación preventiva”, que solamente sirve para acumular méritos de cara a la promoción profesional... Si en tu centro no hay moodle, nada de moodle. Si no dispones de acceso fácil a Internet, déjate de wikis o blogs.

4. Aprende tecnología vinculada a una comunidad de práctica. Si son tus colegas de centro, mejor, pero no es imprescindible. La red puede proporcionarte soporte a base de tutoriales, foros de debate o apoyo en línea. Esto te obliga a adoptar tecnologías maduras, pero también minimiza los riesgos y optimiza tus esfuerzos. Ojo con el último alarido TIC y los programas de moda.

5. Aprende tecnología que requiera las mínimas instalaciones, altas, perfiles, etc. Especialmente si vas a involucrar a tus alumnos o a tus colegas. Los alumnos pronto estarán hartos de darse de alta, publicitar su correo electrónico o crear perfiles. Si puedes emplear educativamente “su” tecnología, mucho mejor.

6. Aprende tecnología que se valga de formatos estándar –reales o “de facto”- o que sea fácilmente transferible a otros formatos. Huye del programario específico para un dispositivo concreto, los matrimonios de conveniencia se convierten en cárceles.

http://www.flickr.com/photos/klash/513161846/

Sobre la asistencia a cursos, soy más bien escéptico. Creo que la inmersión tecnológica acaba siendo la mejor formación posible en relación coste/beneficio. Aunque he visto que en muchos casos los cursillos sirven para quitar el miedo y eso es muy necesario. En este sentido es más determinante la calidad del formador que el contenido del curso.

Acaso la única formación que se necesita realmente sea promover un cambio de chip para asumir con naturalidad el aprendizaje permanente tecnológico autorregulado, empleando tiempo y atención en pequeñas dosis efectivas. Acaso el único curso de formación tecnológica que deberíamos impartir sería uno llamado “Sapere aude. Tu primer y último cursillo TIC”.

13.3.11

Buenas prácticas educativas

En un loable afán de introducir ejemplos específicos y tangibles de opciones pedagógicas o metodologías didácticas complejas se ha optado en muchos foros educativos por la difusión de “buenas prácticas”. Las llamadas buenas prácticas vienen a ser buenos ejemplos de algún principio más general o abstracto que es difícil de concretar o de llevar a las aulas.

El conocimiento y la difusión de buenas prácticas sirve para reconocer el mérito y buen hacer de nuestros colegas. Y eso, por sí solo, ya es una buena noticia ante la patente falta de reconocimiento o de meritocracia en la labor docente. Que esa difusión sirva, además, para mejorarnos profesionalmente exige mucho más que la simple presentación en jornadas, congresos o publicaciones.

http://www.flickr.com/photos/nationaalarchief/3895374119/

Tras la sugerente visión del trabajo de algún compañero o compañera docente surge un agridulce desencanto. Y no tanto por la incapacidad de uno de estar a la altura profesional de los mejores, como porque no es posible importar toda la tupida red de significados, de normas tácitas, de relaciones afectivas, etc. que emana de la praxis observada.

Porque las buenas prácticas siempre son contextuales: dependen en demasía del modelo didáctico implícito, de los rituales de cada aula o centro, de la personalidad del docente, de la tipología de los alumnos y alumnas, de los objetivos concretos de aprendizaje de cada disciplina.

Todas las prácticas docentes brillantes poseen una naturaleza propia, un vigor pedagógico y una energía latente que crean un verdadero “punto caliente” para el aprendizaje. Aunque pudiéramos reproducir las buenas prácticas de otros en nuestra aula, estas carecerían de la lógica del surgimiento que las engendra y en nuestro aquí y ahora serían artificiales y faltas de impulso.

Así que, ante una práctica excelente, la actitud enriquecedora quizás debería estar orientada a comprender los principios pedagógicos o metodológicos que la inspiran y a promover procesos propios, que surjan de nuestra especificidad. Nada de replicar, imitar o reproducir. Más bien inspirar nuevas prácticas a partir de la apropiación de los mismos principios que han tomado cuerpo en otra aula.

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Irene Rigau, nueva Consellera d’Ensenyament catalana, ha proclamado el inicio de una “tercera renovación pedagógica” y una de sus propuestas para llevarla a cabo consiste en recopilar las buenas prácticas de los mejores maestros y difundirlas entre el colectivo docente. También parece que la Associació de Mestres “Rosa Sensat” considera una de las cinco mayores prioridades actuales el reconocimiento de las buenas prácticas y aboga por su capacidad de contribuir a la “renovación pedagógica”. Creo que ambos sobrevaloran su potencial. Ojalá me equivoque.

30.1.11

Lo importante es el aprendizaje

Quizás algún tonto tenía que decir esta obviedad. Ni la tecnología, ni la metodología. Nosotros estamos en lo del aprendizaje. Me refiero a nosotros los docentes, claro.

No estamos en acabar o no acabar con las editoriales. Ni en liberar o no liberar al mundo del software propietario. Ni en expandir o criticar la buena nueva de la educación 2.0. Ni en enaltecer o hundir determinado dispositivo móvil, ordenador, pizarra interactiva o aplicación en línea.

Vale. Quizás eso sea necesario. Y importante, también, para muchos.
Pero para mí no lo es. Lo siento. Pido perdón por ello. Y por insistir.

Ni la innovación educativa, ya puestos, me parece importante. Pido perdón de nuevo, no vaya a ser que mañana me despidan de mi actual puesto de trabajo.

Yo estoy en el negocio del aprendizaje. A través de la enseñanza obligatoria en la escuela pública, para ser exactos. Y lo demás es literatura. O herramientas. O complementos. O misiones heroicas. O grandes palabras. O tonterías.

Y es que pierdo el norte leyendo blogs, twits, presentaciones y otras bellas flores.

Bueno, ya lo dije. Disculpad.


Antoine de La Garanderie murió hace unos meses. Si su nombre no te suena, no lo busques ni en Google, ni en la Wikipedia. No innovó, ni en metodología, ni en tecnología. Simplemente fue uno de los cuatro o cinco mayores pedagogos que dio Francia el siglo pasado. No fue de izquierdas, como Freinet o Meirieu. Ser pedagogo y francés y cristiano y de derechas no vende. En fin, lo tuvo todo para ser completamente ignorado por la pedagogía progresista y el cognitivismo anglosajón.

Aportó una reflexión y una sabiduría de gran calado sobre la inteligencia y las estrategias de aprendizaje. Anticipó las actuales aportaciones de la psicología cognitiva, las neurociencias o las inteligencias múltiples. Practicó y enseñó el diálogo pedagógico, la introspección cognitiva, la fe inquebrantable en que todos –absolutamente todos- podemos aprender y cultivó la pedagogía de los medios de aprendizaje. Empezó a escribir sobre pedagogía cumplidos los cincuenta, cuando creyó que su pensamiento había madurado lo suficiente!

LA GARANDERIE, Antoine de (1974)
Une pédagogie de l'entraide
Paris, 1974; Éditions Ouvrières

LA GARANDERIE, Antoine de (1980)
Los perfiles pedagógicos. Descubrir las aptitudes escolares
Madrid, 1983; Ediciones Narcea

LA GARANDERIE, Antoine de (1982)
Pedagogia dels mitjans d'aprendre
Barcelona 1990; Editorial Barcanova

LA GARANDERIE, Antoine de (1984)
Le dialogue pédagogique avec l'élève
París, 1984; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, Antoine de (1987)
Comprendre i imaginar
Barcelona, 1990; Ed. Barcanova

LA GARANDERIE, Antoine de (1989)
Défense et illustration de l'introspection au service de la Gestion Mentale
París, 1989; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, Antoine de (1990)
Pour une pédagogie de l'intelligence
París, 1990 ; Editions du Centurion; (Bayard éditions,1990)

LA GARANDERIE, Antoine de (1991)
La motivation. Son éveil , son développement
París, 1991; Editions du Centurion (Bayard éditions, 1990)

LA GARANDERIE, Antoine de & TINGRY, Elisabeth (1991)
On peut tous toujours réussir. Le projet pour chacun
París, 1991; Editions du Centurion

LA GARANDERIE, A. & ARQUIÉ, D. (1994)
Réussir, ça s’apprend. Un guide pour tous les parents
París, 1994; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1995)
L'intuition. De la perception au concept
París, 1995; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1997)
Critique de la raison pédagogique
París, 1997; Nathan Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (1999)
Apprendre sans peur
Lyon, 1999; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2001)
Les grands projets de nos petits.
París, 2001; Bayard Éditions

LA GARANDERIE, Antoine de (2002)
Comprendre les chemins de la connaissance.
Lyon, 2002; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2004)
Plaisir de connaître. Bonheur d'être: une pédagogie de l’accompagnement
Lyon, 2004; Ed. Chronique Sociale

LA GARANDERIE, Antoine de (2006)
Renforcer l'éveil au sens: des chemins pour apprendre
Lyon, 2006; Ed. Chronique Sociale

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Yo aprendí mucho, mucho leyendo sus libros. Y con un grupo de maestras y maestros de infantil y primaria, infatigables, generosos. Pero de eso hace veinte años. No hablábamos de Internet, ni de TIC, ni de innovación. Yo aprendí entonces de Josefina Miserachs, gran maestra de maestros, que lo importante era el aprendizaje. No consigo desaprenderlo.