29.9.07

Mejorar versus innovar en educación

Me he quedado asombrado al leer que Michael Fullan considera que una de las principales dificultades para la mejora de las escuelas de los países ricos occidentales no es la ausencia de innovación, sino más bien la presencia de demasiados proyectos novedosos inconexos, episódicos, fragmentados y adornados de forma superflua. El mayor problema que enfrentan las escuelas es la fragmentación y el exceso de innovaciones.

La verdad es que en España se han sucedido, ininterrumpidamente, reformas educativas a nivel estructural. Reformas que apenas han comenzado a andar, a menudo de forma tambaleante, ya han sido replanteadas. Los cambios estructurales, de organización, de gestión, de diseño curricular, de condiciones laborales, de tipología de alumnado... que he vivido como profesor en los últimos quince años son, cuando menos, asombrosos.

A nivel regional o autonómico la situación no se queda corta. Más allá de los cambios estructurales determinados por el gobierno de la nación,las administraciones locales han puesto en marcha numerosos proyectos “de innovación educativa”. Me vais a perdonar, pero voy a poner un ejemplo de Catalunya, que creo fácilmente extrapolable a numerosos centros catalanes y probablemente, españoles.

En mi centro, el IES Arraona de Sabadell (Barcelona), en los últimos cinco años los profesores hemos tenido la posibilidad de recibir formación, en el propio centro, sobre habilidades sociales orientadas a la tutoría, sobre usos básicos de las TIC, sobre competencias básicas en matemáticas, ciencias y lengua. Hemos disfrutado de un asesoramiento sobre mediación escolar, conjuntamente con alumnos y padres, a partir del cual se ha creado un equipo de mediación en el propio centro. Hemos creado el portal web del centro, un blog de noticias y otro blog de biblioteca. Hemos puesto en marcha una Aula Virtual en Moodle. Hemos implementado un “Aula d’Acollida” (Aula de Acogida) para recibir a los alumnos inmigrantes que se incorporan a nuestro centro, con dotación, profesor y proyecto específico. También hemos participado voluntariamente en planes de innovación educativa, como el de biblioteca escolar Puntedu o, recientemente, el de “Atención a la diversidad” a cargo del departamento de ciencias sociales. Hemos redefinido toda la estructura de las tutorías y adoptado el modelo de profesor-tutor individual, modificando el Proyecto Educativo de centro. En mi instituto, todos los profesores somos tutores individuales de un pequeño grupo de alumnos.

También nos han cambiado el sistema informático de gestión y administración académica para tramitar las evaluaciones, los grupos de alumnos, etc. (SAGA), hemos instalado un sistema electrónico para fichar a la entrada de la jornada laboral, nos han cableado parte del instituto para acceder a Internet con una conexión ADSL y, a medio proceso, nos han ampliado el plan y hemos empezado a implementar una red wifi. Y hemos renovado dos aulas de informática con sus correspondientes protocolos de uso y quebraderos de cabeza.

Como somos un centro que acoge a alumnos con bastantes dificultades escolares y con pobres resultados académicos al final de la ESO, el Departament d’Educació catalán nos ha obligado a hacer un “Pla de millora i suport” (Plan de mejora y apoyo). Después de recibir un extenso diagnóstico (con DAFO incluido) a cargo de dos inspectores educativos que han evaluado todo lo que se podía evaluar, nos han concedido una considerable cantidad de dinero extra que debemos emplear de forma eficaz en tres cursos para mejorar los resultados académicos, mejorar la cohesión social y mejorar la identificación de la comunidad educativa con el centro. En este nuevo curso que acaba de empezar, para llevar a cabo el plan de mejora, aparte de seguir con los proyectos en marcha, vamos a recibir formación sobre competencias básicas, por una parte, y sobre gestión de aula y trabajo cooperativo, por otra.

Finalmente, hemos padecido los inevitables cambios de plantilla fruto de oposiciones, traslados y llegada de nuevos interinos. Quince profesores nuevos no es un número baladí… Y, por supuesto, durante este curso implementamos la nueva ley educativa haciendo coexistir dos sistemas a la vez, la LOGSE en 2º y 4º y la LOE en 1º y 3º de ESO. En fin, no sigo, aunque debería añadir las diferentes pequeñas iniciativas que han adoptado los departamentos del centro, la mayoría de las cuales solamente conozco superficialmente. Y, claro, las decisiones personales de cada profesor!


Tiene razón Fullan. Entrar en valoraciones, análisis, mayores explicaciones o comentarios no es de recibo en un post, así que me ahorraré el ridículo de intentar una tarea imposible… Pero es innegable la ingente cantidad de innovaciones y de fuentes de innovación. Y no creo obrar de mala fe si afirmo que, muy probablemente, todo ello ha producido, en el mejor de los casos, simplemente cambios superficiales, discontinuos y no consolidados. ¿Aun suponiendo que son iniciativas encomiables, contribuyen a una mejora real tantos proyectos, tantas iniciativas simultáneas y superpuestas?

Mi parecer es que sobran innovaciones y faltan cambios profundos y duraderos, los únicos que posibilitan mejoras reales sustantivas. Los procesos de cambio educativo son mucho más complejos y largos de lo que la mayoría de los agentes educativos parecen suponer. Requieren un trabajo conjuntado y riguroso y, para colmo, sus resultados son siempre frágiles. Falta una toma de conciencia seria sobre lo que significa el cambio, en general, y el cambio educativo, en particular. Cómo se gestiona y cuál es el papel de los diferentes agentes. A nivel local, el papel del profesorado y la dirección del centro, de los alumnos, sus padres y la comunidad. En el segundo escalón, el apoyo de las administraciones locales y de los asesores y colaboradores del centro. Y a nivel nacional, el papel que juegan las leyes educativas y las políticas gubernamentales, así como la preparación y desarrollo profesional de maestros y profesores. ¿Quién vela por la coherencia de los cambios? ¿Quién genera la interacción necesaria para crear sinergias y no disfunciones? Un cambio profundo requiere un proyecto global integrado, asumido por todos los agentes educativos, que se articule en una misma dirección coherente y con unos objetivos educativos compartidos que impliquen una narrativa asumida mayoritariamente por la sociedad en su conjunto.


FULLAN, Michael
Las fuerzas del cambio. Explorando las profundidades de la reforma educativa
Madrid, 2002; Ediciones Akal

FULLAN, Michael
Nuevos significados del cambio en la educación
Barcelona, 2002; Editorial Octaedro

FULLAN, Michael
Liderar en una cultura de cambio
Barcelona, 2002; Editorial Octaedro

FULLAN, Michael
La fuerzas del cambio. La continuación
Madrid, 2004; Ediciones Akal

FULLAN, Michael
Las fuerzas del cambio, con creces
Madrid, 2007; Ediciones Akal

FULLAN, Michael & HARGREAVES, Andy (1996)
¿Hay algo por lo que merezca la pena luchar en la escuela? Trabajar unidos para mejorar
Morón (Sevilla), 1997; Editorial M.C.E.P.

También publicado con otro título (!):

FULLAN, Michael & HARGREAVES, Andy
La escuela que queremos. Los objetivos por los que vale la pena luchar.
México, 1999; Editorial Amorrortu/Secretaría de Educación Pública de México


[ Las traducciones han llegado tardíamente y las ediciones originales en inglés son bastante anteriores]

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Me siento personalmente comprometido con las mejoras educativas. Pero la palabra “innovación” produce entusiasmo o desconfianza a partes iguales entre profesores y, aunque en charlas y conferencias vende mucho, confunde más que aclara. La herramienta para la mejora puede ser una innovación, algo verdaderamente nuevo. Pero también puede ser algo original en el sentido etimológico: algo que considera las cosas en su origen, alguna idea fecunda que ya existe y que merece la pena que sea retomada en nuestro contexto específico. La innovación puede esconder, bajo vistosos ropajes, ideas poco útiles, puede ignorar anteriores logros educativos o, como está sucediendo demasiadas veces, dilapidar muchos esfuerzos destejiendo lo que apenas teníamos embastado de la noche anterior…

10 comentarios:

Bea Marín dijo...

Hola Boris,
esta nochecita de sábado has puesto el dedo en algo que nos preocupa a muchos (por no decir a todos), que las innovaciones, novedades o como les queramos llamar tengan un sentido. Y claro, como bien indicas, si ese sentido no es retomado, contextualizado, consensuado y consolidado por un equipo más o menos sólido de educadores... nos quedamos con el ropaje.
Yo creo que todas esas iniciativas fragmentadas y dispersas de muchos profes (yo misma me identifico en esa descripción) son la búsqueda permanente de una ilusión de mejora educativa, el impulso vital ante la falta de cultura del trabajo en equipo, algo difícl de vencer por la administración mejor pintada.
Un abrazo!

Lourdes Domenech dijo...

"Innovación" es ahora una palabra que, si sigue usándose, acabará despojándose de su significado. Ahora se establece una relación de sinonimia entre "innovación" y "tecnología" que no beneficia para nada los nuevos rumbos de la educación.

Si bien es verdad que la tecnología puede ayudar a introducir cambios metodológicos, también lo es que puede consolidar los llamados tradicionales.
Esto ocurre cuando hacemos lo mismo que hacíamos (dar lecciones magistrales) mediante las PDI, por ejemplo.
"Innovar" con nuevas tecnologías tiene hoy un peligro añadido.

Ahora bien, es imposible establecer un rumbo cuando continuamente se modifican las coordenadas. Es lo que está ocurriendo con las sucesivas leyes y decretos de la educación. Palabrería hueca que distrae de lo que verdaderamente interesa: una reflexión sobre hacia donde queremos avanzar.

Anónimo dijo...

Creo, por experiencia propia, que de todos los cambios quw estáis llevando a cabo, el más interesante y el que más resultados traerá si se hace bien es el de las tutorías personales

Fernando Ojeda Barceló dijo...

La clave de todo esto probablemente esté en el equilibrio y en el sentido común de los docentes.

Recuerdo que algunos de mis peores maestros eran "innovadores compulsivos", pero me resisto en negar la posibilidad de buscar caminos nuevos para las viejas propuestas educativas.

La creatividad forma parte sustancial de nuestra tarea profesional, y una de las más agradecidas.

Hagámolos con fundamento pedagógico, con corazón y con razón. Para eso somos profesionales de la cosa.

Un abrazo
http://ecourban-educacion.blogspot.com

Marià Cano Santos dijo...

Hola Boris,

efectivamente el planteamiento de Fullan sobre el cual reflexionas en tu post resulta esencial para enfocar correctamente los procesos de innovación y cambio en las organizaciones escolares. Comparto pues por completo tu punto de vista dado que Michael Fullan es uno de los autores que más me ha influenciado en el enfoque del trabajo que estoy desarrollando actualmente.

En general falta conexión, coherencia y coordinación entre las iniciativas individuales de innovación. Pero ello es consecuencia sobretodo de la falta de liderazgo, visión y compromiso en las escuelas. Hay un problema evidente en la concepción de la organización escolar. Es un tema muy complejo de abordar por su naturaleza sistémica.

Influyen múltiples parámetros que van desde el factor emocional hasta las políticas de gestión de recursos humanos, pasando por la estructura curricular y las metodologias didácticas entre otros parámetros. Todo ello gestionado en tiempo real, condicionado exteriormente por un marco normativo poco flexible, y en un entorno social de cambio acelerado tanto en lo social, lo económico, lo tecnológico o lo familiar.

Por ello resulta siempre mucho fácil hablar del tema que poner manos a la obra para hacer efectivos los cambios. Si esos cambios deben producirse en una escuela ya existente partimos de un tipo de problemática singular. Pero si hablamos de diseñar una institución escolar de nueva creación en base a una serie de parámetros conceptuales y organizacionales, entonces tenemos otro problema diferente.

Te aseguro que tanto contextos del primer tipo como del segundo (en el cual me encuentro involucrado) nada fáciles de tratar. Las preguntas parecen simples: cómo diseñar el cambio educativo? cómo liderarlo? cómo gestionarlo? cómo evaluarlo? y cómo consolidarlo para que forme parte de la cultura de la escuela?

Hay problema para rato...jejeje

marià :-)

YOFFY dijo...

¿Y para cuando una Ley de Estado, no de gobierno, en el tema de la educación, una ley de sentido común que dure más allá de cuatro años, no electoralista?
Estoy absolutamente de acuerdo con tu entrada. Y cansada de tantas reformas vanas.

Boris Mir dijo...

Estimados amigos,

Gracias por vuestras consideraciones. Tengo asumido que el cambio educativo no va a disminuir, sino que será permanente. Pero no tengo tan claro que esté enfocado hacia la mejora real. Creo que la preocupación central debería ser conseguir coherencia en los cambios. Y Fullan afirma que todos somos responsables de lograrlo. Las administraciones, pero también cada centro y cada profesor. Así que es posible que debamos renunciar a ciertas iniciativas personales para trabajar conjuntamente en pos de una mayor eficacia.

También creo que se subestiman los contextos. Hay mucha literatura sobre ello y seguro que Marià Cano sabe mucho más que yo de todo esto. Así que una fase crítica de los cambios propuestos es la concreción que toman en cada contexto y lo que es más esencial, la mutación que deben sufrir las propuestas de cambio para incorporarse de forma efectiva y permanente a las prácticas educativas para convertirse en mejoras reales e irreversibles. Es decir, el cambio nunca será como se planifica sino que se conformará según se implemente, en interacción con los agentes, de manera que todos nos movemos permanentemente en la incertidumbre. Y eso debemos tenerlo asumido.

En educación secundaria, debido precisamente al contexto, los cambios son mucho más difíciles todavía. Se ha tratado de cambiar la estructuras sin cambiar la cultura escolar. Y eso impide una mejora substancial. Hay que cambiar las dos cosas a la vez! Y eso no se está planificando... La formación inicial para la reforma se hizo tan mal y tan improvisadamente que no modificó en nada la cultura escolar y, encima, puso a gran parte del profesorado en su contra. Tanto es así que, curiosamente, las administraciones educativas no han planificado grandes campañas formativas para que el profesorado asuma los cambios curriculares recientes -el trabajo por competencias, por ejemplo-. Creo que simplemente no se atreven. Pero se equivocan porque sin ese cambio los nuevos currículums serán papel mojado...

Un abrazo

Boris

Anónimo dijo...

Acabo de leer esta entrada. Has sabido explicar lo que hace tiempo que me ronda por la cabeza. Trabajo en una escuela de educación infantil y primaria y estamos metidos en más de un proyecto de innovación. Los cambios que se han producido en la escuela son tan pequeños, tan efímeros, que se sostienen por la acción de personas muy concretas, que no justifican el tiempo ni el dinero invertido. A veces tengo la sensación que estamos elaborando un listado de proyectos para ver quien acumula más.
Maria

Star Kids dijo...

Hola maestro!!!

Soy estudiante de pedagogía en México y llegue a su blog tratando de comprender más la innovación ya que tenía muchas dudas sobre ello.

Hace medio año revisé lo que usted escribió y guardé el link, ahora lo vuelvo a revisar con otros elementos que he estado estudiando por que estoy en la construcción de mi trabajo de investigación para titularme. Lo que he encontrado es que un punto importantísimo acerca de toda esta ola de innovaciones en educación tienen un último fin: elevar la calidad de la educación, entendiendo que ésta "depende de la calidad de las motivaciones de los sujetos a favor del uso de los recursos de la sociedad de la información" (Fernando Bárcena 2005)como lo sugiere claramente la imagen que está en el siguiente link:

http://hosting.deimagenes.com/imagenes/76b46ab5232629c6da216cc1cc958c2b.jpg


Y bueno lo que pienso es que de acuerdo a lo que Barcena dice acerca del pensar la educación de otra manera tiene que ver con todos estos esfuerzos que se hacen en educación por tratar de "mejorar" y se termina haciendo un gasto económico muy fuerte, se hacen cosas y se deciden acciones a seguir sin pensar seriamente el sentido de la educación y esto podría tener relación con los "cambios de significado" del que habla Fullan al establecer que los principales para que se genere un cambio son las personas y el cambio comenzaría por el cambio de significados, con esto me pongo a pensar que tal vez si los maestros y los alumnos que somos los que estamos en ese momento educativo concreto,´tan singular y tan complejo, pensaramos la educación de distinta manera... tal vez comenzaría un cambio.

Saludos!!

Bárcena, Fernando (2005), La experiencia reflexiva en educación, España: PAIDÓS.

alanalvarez dijo...

EL DIRECTOR debe la persona que una las innovaciones, que forme sinergias en su escuela