16.9.12

Proyecto de centro, ¿paella o ensalada?

Los proyectos educativos pueden no estar escritos en un documento, pero están implícitos en las prácticas efectivas de los centros. El proyecto puede ser tácito o explícito, pero existe. En el peor de los casos es la adición de diferentes prácticas docentes, rutinas organizativas y aplicación convencional de instrucciones administrativas. En el mejor de los supuestos, es una visión compartida liderada por un equipo, con voluntad de mejora y de servicio público.

Todas las individualidades, estilos docentes y posturas pedagógicas del profesorado deben encajar con cierto margen en el día a día del centro. Y eso, nunca es fácil.

La base de la paella es el arroz: sin arroz no hay paella. Esa puede ser la base compartida de un claustro para, después, poder incorporar con tacto y negociación todas la aportaciones de los  profesionales. Uno aporta una pequeña dosis de verdura, otro incluye gambas y un tercero ofrece costilla de cerdo. Un buen equipo de cocina sabe personalizar las recetas.

Aunque hay muchas y buenas maneras de elaborar una paella, hay ingredientes que, desafortunadamente, no encajan. Si quieres añadir vinagre, simplemente, ese no es tu proyecto. O sea, ese no es tu centro. Tendrás que adaptarte -¿qué tal, un poco de limón?-, proponer otra base para el proyecto o procurar cambiar de centro. Cuando discrepa, un buen profesional no se dedica a poner vinagre en una paella. Se dedica a proponer un proyecto alternativo, basado en la ensalada, por ejemplo. Con honestidad y de forma transparente, no creando antagonismos artificiales o animando hostilidades y mal ambiente.


Los proyectos educativos que no son capaces de incorporar aportaciones son nefastos. Se dan en centros  conducidos con apatía o con el "ordeno y mando" de direcciones personalistas o acomodadas. Son colegios e institutos monocordes, sin contrastes, sin nuevas aportaciones. Centros que no aprenden, que no incorporan el saber profesional de todos, que no pueden mejorar. No atraen el talento, ni despiertan el compromiso de nadie.

Estar en un equipo directivo es muy difícil por muchas razones. Sin embargo, para mí, la mayor dificultad es lograr este equilibrio entre una base pedagógica y organizativa común, orientada a una visión, y la capacidad de integrar diferentes sensibilidades, estilos docentes y saberes profesionales. Así que tienes que estar dispuesto a convencer, formar, comunicar... al mismo tiempo que a escuchar, integrar y evolucionar. En ese reto estamos, en el Institut Escola Les Vinyes, arrancando con alegría un nuevo curso.

2.9.12

Sobre la temporada en Barcelona

SOBRE LA TEMPORADA EL INICIO DE CURSO EN BARCELONA

Cuando llega el otoño las gentes los docentes de esta bendita ciudad
comienzan a telefonearse mandar wasaps rápidamente
organizan tremendas fiestas y se besan y se saludan
hola qué tal cuánto tiempo te quiero mucho llámame.

Entonces yo me afeito con cuidado
pongo una de mis caras más miserables
guardo un par de Alka-Seltzer citas pedagógicas en el bolsillo
e inauguro mi vida social curso académico.

Algunas veces aterrizo en blandas casas reuniones de profesores
en donde me reciben con aparente sorpresa
y después de saludar a los anfitriones coordinadores
tomo un vodka con hielo y comienzo a decir barbaridades
a fin de aterrorizar a la concurrencia los jefes de Departamento.

En otras ocasiones el éxito no es tan claro
ya que me veo metido en serias discusiones sobre el futuro del país de la educación
en apartamentos universidades en donde sólo dan vino tinto
y nadie lleva corbata por el qué dirán.

Lo peor son las reuniones en editoriales el ministerio de educación
en las que siempre aparece un uruguayo experto educativo con mirada de buey
que acostumbra a emborracharse y a cantar tangos
y acaba recordando a su querida mamacita cuando aun daba clases.

En estos casos yo ataco al imperialismo norteamericano los currículos por competencias
me tomo varios martinis secos y firmo autógrafos manifiestos
y procuro esquivar a las ávidas matronas encargos e informes
que me persiguen por los pasillos y lavabos.

Y así se nos echa encima la Navidad la primera evaluación
y el cartero deja sobre la mesa un montón de felicitaciones exámenes
de personas alumnos que he visto hace menos de veinticuatro horas
o de individuos gurús educativos  a los que no conozco y que me ofrecen
su amistad o un nuevo detergente método educativo o sus mejores deseos
para el maldito próspero Año Nuevo Informe PISA.

De este modo vivo y procuro eludir
la multitud de trampas que me tienden
abandonando las fiestas los encuentros educativos por la puerta trasera
acariciando a las niñas y duchándome
mientras espero con paciencia que el ambiente se calme.

Está claro que yo podría hacer mucho mejor las cosas
y tener una agenda y acordarme de todo
pero no tengo tiempo porque quiero ir a casa
y meterme en la cama y perpetrar un poema un post en el blog
después de haberme duchado twitteado por enésima vez.

José Agustín Goytisolo, de "Bajo Tolerancia"
hackeado por Boris Mir "Bajo Clemencia"

Aquí puedes escuchar el original en la voz del poeta:


Que tengáis un buen inicio de curso en Barcelona y en todas partes!