Los estados redactan leyes generales de educación y, afortunadamente, lo hacen con la participación de la ciudadanía. En estos momentos, se está produciendo en Argentina un debate sobre la futura ley de Educación Nacional, que puede seguirse a través de la red. Permite intervenciones desde diferentes perspectivas: aportaciones libres, aportaciones de las instituciones y aportaciones de los profesionales y expertos.
Actualmente, el debate se encuentra en una fase avanzada, ya muestra los primeros informes sobre las aportaciones para mejorar el contenido final de la ley y abre una nueva consulta a las instituciones educativas del país. El debate se ha centrado entorno a un documento base bastante interesante, que comprende los siguientes ejes de debate:
- Diez ejes de debate y líneas de acción
- Garantizar que todos tengan acceso y permanezcan en el sistema educativo
- La buena calidad de la educación es un derecho de todos
- Garantizar el derecho a ser reconocido y respetado en su lengua y en su cultura
- Garantizar el derecho a una educación a lo largo de toda la vida
- Garantizar el derecho de las familias a participar en la educación de sus hijos
- El docente como sujeto de derecho: garantizar condiciones dignas de trabajo, de formación y de carrera
- Garantizar el derecho de los alumnos a tener escuelas en condiciones materiales dignas
- Garantizar el derecho de todos a participar del desafío educativo
- Garantizar el derecho de todos a conocer y dominar las nuevas tecnologías de la información
- Poner el gobierno de la educación al servicio de los objetivos de calidad para todos.
En España y en Cataluña estos debates tienen lugar en el seno de la comunidad educativa y, como mucho, aparecen opiniones en la prensa. Además el debate se plantea muy a menudo en términos pedagógicos, sociológicos, etc. es decir des de un punto de vista "técnico" o "profesional", con la intención de adoptar "las mejores medidas" o los "sistemas más eficientes".
Creo que esto es y ha sido un error. Las grandes decisiones educativas no son de naturaleza pedagógica, sino, principalmente, ideológica. No responden a una mejor fundamentación científica o epistemológica: responden a opciones políticas, en el sentido más noble y profundo de la palabra. Pondré el ejemplo que creo más sangrante de nuestro sistema educativo: la opción de la educación comprensiva frente a la educación segregada. Dicho en román paladín: ¿deben estudiar juntos todos los alumnos independientemente de sus aptitudes, capacidades, proyectos, patrimonio cultural, etc. o deben ser progresivamente separados según su aptitudes, sus capacidades, su proyectos personales, su grado de socialización, su identidad cultural, etc.?
Este dilema se solventó con la LOGSE mediante un argumento pedagógico: el sistema comprensivo es mejor des del punto de vista pedagógico. Cosa que no es cierta: los dos sistemas existen en sistemas educativos de primer orden con buenos resultados escolares. Alemania o Japón, tienen sistemas selectivos y los países nórdicos europeos tienen sistema educativos comprensivos que evitan la segregación. La diferencia está en los modelos de sociedad que promulgan, es decir son, en el fondo diferencias políticas, no pedagógicas.
Cada opción favorece un modelo distinto de sociedad, de ciudadanía, de cohesión social, etc. Independientemente de ello, las dos opciones pueden llevarse a cabo con eficacia y sentido pedagógico. Es decir, se pueden hacer mal o bien.
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Si a todo esto, le añadimos la extensión de la escolaridad obligatoria a cargo de profesores que siempre habían trabajado en un sistema mínimamente segregado, la precariedad de medios, etc. obtenemos el actual desconcierto de la educación, que ha sido fenomenal en estos últimos quinze años. Las opciones educativas deben ir en consonancia con las opciones políticas y sociales, pues el sistema escolar no está al margen de la sociedad.
1 comentario:
Creo que pones el dedo en la llaga. No se puede acotar el problema de forma más clara. Todo tu blog es muy interesante y da amplio campo para reflexionar, opinar y discutir. Lo malo es que los profes a veces estamos tan sobrecargados y vamos tan deprisa que no nos paramos a ver lo esencial.
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