En la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra,
José Luis Orihuela imparte el curso "
Escritura no lineal", que tiene un subtítulo curioso, sugerente y algo pretencioso: "Teoría, análisis y desarrollo de proyectos de comunicación interactiva: información, hiperficción, educación, promoción y arte en soportes digitales". Casi nada!
El curso cuenta, entre otros recursos, con
blogs de alumnos y algunos de ellos son francamente divertidos y merecen una visita. Como todo curso que se precie, también tiene su clásico "proyecto final". Algunos de estos proyectos se encuentran en la red.
Tres alumnos del curso -Alberto Riol, Mariola Ansoain y Elena Elizburu- decidieron no pasar por el Rincón del vago y realizaron una narración de "escritura no lineal" basada en los apuros de un estudiante en busca de los apuntes para preparar el examen final de la propia asignatura. Este proyecto puede verse en:
Apuntelypsis Now. Es un trabajo bastante interesante y divertido, que vale la pena de ver.
Lo presento porque creo que podría ser un buen ejemplo de uso de los recursos TIC desde el punto de vista de las metodologías basadas en una "
pedagogía del problema". En
román paladín: podría ser un buen ejemplo de aquellas metodologías que se proponen poner al alumno frente a una tarea de gran alcance, una tarea que sea capaz de despertar su interés y conseguir llevar a cabo los aprendizajes deseados. Léase el conjunto de "métodos por proyectos", "pedagogía de lo concreto", "método del caso", "Aprendizaje Basado en Problemas [ABP o PBL]", etc.
Lástima que desconozcamos cuales eran los objetivos de aprendizaje de la propuesta, pues para evaluarla nos iría bien conocer los propósitos que trata de alcanzar.
Podemos aventurarlos, después de visitar la página. ¿Qué pueden haber aprendido los tres estudiantes realizando el trabajo? A usar el Google Vídeo, a registrar y editar vídeos -aunque los vídeos presentados no tienen prácticamente ninguna edición-, a diseñar una página con
Dreamweaer o similar, a tratar imágenes y enlazarlas, a elaborar un guión, a actuar y disfrazarse, etc. ¿Eran estos los objetivos del curso? Supongamos que fueran estos, ¿la realización del proyecto supuso una mejora substancial de los conocimientos de los tres alumnos respecto a estas capacidades? Y, lo que me parece todavía más sustantivo, ¿ofreció el profesor/la institución/ etc. un
sistema de restricciones y ayudas para garantizar que la realización del proyecto no quedara en una mera aplicación de los conocimientos que los alumnos ya tenían a una nueva situación?
Porque
aprender es siempre la solución más costosa. Este es, a mi entender, el principio que a menudo desatienden los partidarios de las "pedagogías del problema". Llevados por la indudable capacidad de movilización, de motivación que suelen tener las buenas propuestas de este tipo, los alumnos se lanzan a trabajar con entusiasmo. Y, naturalmente, esto no es poco! Pero, no es suficiente. La prioridad del alumno o del grupo de alumnos que tratan de resolver la situación, no es aprender, sino "resolver" el problema. Es decir, cada alumno aporta lo que
ya sabe para alcanzar el proyecto -¿Albert fue el webmaster, Mariola actuó y Elena filmó?
Creo que Meirieu lo resume bastante bien cuando sostiene que todo el esfuerzo de la pedagogía de las situaciones-problema deber centrarse en organizar metódicamente la interacción entre el problema y su solución, para que, en la resolución del problema, se lleve a cabo el aprendizaje. Esto requiere que
aseguremos al mismo tiempo la existencia de un problema por resolver y la imposibilidad de resolverlo sin aprender.
Por eso siempre propongo a mis alumnos del CAP una reflexión sobre la siguiente afirmación: "La misión del profesor consiste -entre otras muchas cosas- en tratar impedir que los alumnos sepan sin aprender."
Si, también ellos fruncen el ceño...Esto bien merece otra entrada.Continuará.- - -
PS: todo esto viene a propósito de la "II Jornada d'aplicació a l'aula de l'aprenentatge basat en problemes (ABP - PBL)" que organizó el ICE de la Universitat Autònoma de Barcelona. Como no pude confrontar mis ideas con Andreu Rodón -verdadero factotum del evento- las presento en el blog, a ver si me aclaro.