21.5.06

Consideración social de "los" maestros o de "mis" maestros?



Mariano Fernández Enguita, catedrático en la Universidad de Salamanca, publica en su blog un texto sobre la consideración social de los maestros. Reproduzco un fragmento:

"Un estudio reciente de la Fundación BBVA sobre la confianza de los ciudadanos en doce países (Alemania, Chile, Dinamarca, España, EEUU, Francia, Israel, Italia, Japón, México, R. Unido, Rusia y Turquía) vuelve a echar por tierra los manidos tópicos sobre la falta de reconocimiento de la profesión docente en nuestro país.

En una escala de 0 a 10, los españoles confían especialmente en científicos (7.3), médicos (7.1) y maestros (6.9), por encima de comerciantes (5.7), policías (5.6) periodistas (5.5), jueces (5.4) y militares (5.0), y suspenden a empresarios (4.9), funcionarios (4.8), religiosos (4.4) y políticos (3,7)."

Más allá de los comentarios de Fernández Enguita sobre el alto grado de confianza que la sociedad concede a sus profesores y de la necesidad de tomar nota y hacer honor a esa confianza, me llama la atención que entre los menos valorados se encuentran los funcionarios (4.8). Teniendo en cuenta que el sistema educativo público está constituido por docentes funcionarios, se me hace difícil compartir el optimismo de Fernández Enguita. ¿Se ha dado cuenta, el generoso encuestado, de la condición de funcionario que ostentan la mayoría de los maestros y profesores de este país? ¿A qué maestros y profesores se refieren los encuestados? No será que asumen una visión idealista del profesor-mentor, del maestro que imagina (mitifica?) José Antonio Marina, ese "profesional de la esperanza, el incansable, humilde y magnífico cuidador del futuro", en lugar del maestro real, el maestro de la escuela de nuestros hijos? Es decir, no será que las respuestas están basadas en el valor que se concede a la función que cumplen determinadas profesiones (científicos, médicos y maestros: que bella trilogía...) en nuestra sociedad?

No conozco de primera mano la encuesta que cita, pero me temo que si la pregunta se hubiera formulado sobre la propia experiencia escolar del encuestado o sobre la experiencia escolar de hijos y familiares otro gallo nos cantaría... o no?

12.5.06

Diez desafíos para los formadores de profesores

Esta tarde he participado activamente en una reunión de formadores. Un conjunto de profesionales excelentes vinculados a la Universidad Autónoma de Barcelona. Hemos valorado un proyecto de formación que hemos llevado a cabo con profesores noveles, el programa de formación inicial para profesores interinos.

Salgo confuso: sobre la valoraciones escuchadas, sobre los proyectos de las instituciones, sobre la eficacia de la formación, sobre mis propias intervenciones (!)... En fin, acudo a Perrenoud para releer algunos de los desafíos que deben/debemos plantearnos los formadores de profesores.

Perrenoud los formula como contradicciones que no resultan fáciles de superar. Creo que vale la pena leerlos y reflexionar sobre ellos. Los diez desafíos son los soguientes:

l. Trabajar sobre el sentido y las finalidades de la escuela sin hacer de ello una misión.

2. Trabajar sobre la identidad sin encarnar un modelo de excelencia.

3. Trabajar sobre las dimensiones no reflexionadas de la acción y sobre las rutinas sin descalificarlas.


4. Trabajar sobre la persona y su relación con los demás sin convertirse en terapeuta.

5. Trabajar sobre lo silenciado y las contradicciones del oficio y de la escuela sin decepcionar a
todo el mundo.

6. Partir de la práctica y de la experiencia sin limitarse a ellas, para comparar, explicar y teorizar.

7. Ayudar a construir competencias e impulsar la movilización de los saberes.

8. Combatir las resistencias al cambio y a la formación sin menospreciarlas.

9. Trabajar sobre las dinámicas colectivas y las instituciones sin olvidar a las personas.

10. Articular enfoques transversales y didácticos y mantener de una mirada sistémica.



Muy interesante, sin duda.
Unos ingredientes muy sugerentes.
Pero esta sopa, cómo se cocina?