Los proyectos educativos pueden no estar escritos en un documento, pero están implícitos en las prácticas efectivas de los centros. El proyecto puede ser tácito o explícito, pero existe. En el peor de los casos es la adición de diferentes prácticas docentes, rutinas organizativas y aplicación convencional de instrucciones administrativas. En el mejor de los supuestos, es una visión compartida liderada por un equipo, con voluntad de mejora y de servicio público.
Todas las individualidades, estilos docentes y posturas pedagógicas del profesorado deben encajar con cierto margen en el día a día del centro. Y eso, nunca es fácil.
La base de la paella es el arroz: sin arroz no hay paella. Esa puede ser la base compartida de un claustro para, después, poder incorporar con tacto y negociación todas la aportaciones de los profesionales. Uno aporta una pequeña dosis de verdura, otro incluye gambas y un tercero ofrece costilla de cerdo. Un buen equipo de cocina sabe personalizar las recetas.
Aunque hay muchas y buenas maneras de elaborar una paella, hay ingredientes que, desafortunadamente, no encajan. Si quieres añadir vinagre, simplemente, ese no es tu proyecto. O sea, ese no es tu centro. Tendrás que adaptarte -¿qué tal, un poco de limón?-, proponer otra base para el proyecto o procurar cambiar de centro. Cuando discrepa, un buen profesional no se dedica a poner vinagre en una paella. Se dedica a proponer un proyecto alternativo, basado en la ensalada, por ejemplo. Con honestidad y de forma transparente, no creando antagonismos artificiales o animando hostilidades y mal ambiente.
Los proyectos educativos que no son capaces de incorporar aportaciones son nefastos. Se dan en centros conducidos con apatía o con el "ordeno y mando" de direcciones personalistas o acomodadas. Son colegios e institutos monocordes, sin contrastes, sin nuevas aportaciones. Centros que no aprenden, que no incorporan el saber profesional de todos, que no pueden mejorar. No atraen el talento, ni despiertan el compromiso de nadie.
Estar en un equipo directivo es muy difícil por muchas razones. Sin embargo, para mí, la mayor dificultad es lograr este equilibrio entre una base pedagógica y organizativa común, orientada a una visión, y la capacidad de integrar diferentes sensibilidades, estilos docentes y saberes profesionales. Así que tienes que estar dispuesto a convencer, formar, comunicar... al mismo tiempo que a escuchar, integrar y evolucionar. En ese reto estamos, en el Institut Escola Les Vinyes, arrancando con alegría un nuevo curso.
Una metáfora muy gráfica. Lo peor es que algunos ponen su vinagre y encima se quejan de que la paella sabe mal
ResponderEliminar¡Cuánta verdad en esta metáfora!
ResponderEliminarPero qué bueno ser capaz de verla y trabajar en consecuencia.
Saludos, Boris.
Silvia
Gracias, compañeros, por comentar.
ResponderEliminarSin un proyecto y sin capacidad de integración creo que no es posible un centro en el que todo el profesorado pueda hacer un buen trabajo.
Son dos patas del mismo asunto, una de las prioridades de la función directiva.
Un abrazo,
Boris
Como siempre poniendo el dedo en la llaga de la realidad. Este post se tendría que convertir en una circular que leyeran en todos los claustros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísima suerte, Boris! Te deseo un año sin "vinagres", con muchos aderezos armónicos. Doy por descontado que vas a valorar los contrastes.
ResponderEliminarCariños.
Las imágenes a menudo ayudan a entender mejor lo que ocurre alrededor; la que utilizas y desarrollas es muy eficaz; enhorabuena, Boris. Siguiendo la sugerencia de Juan Carlos Guerra convertiré tu entrada en una circular para el claustro del IES El Palo.
ResponderEliminarJuan Carlos,
ResponderEliminarGracias por tu valoración. Insisto en que la paella o la ensalada es cosa de todos: un equipo directivo dispuesto a incorporar aportaciones singulares y una base compartida que todo el claustro debe adoptar como proyecto propio.
Decirlo es fácil, lograrlo, no tanto!
Un abrazo,
Boris
Hola Gabriela!
ResponderEliminarSin duda valoro los contrastes, pero la armonía no es sencilla. Un poco de suerte nos viene muy bien. :)
Pertenecemos a una red de centros innovadores de la Universidad Autónoma de Barcelona. Nuestro centro tiene un proyecto singular y diferente de la gran mayoría. Hay docentes que eligen trabajar con nosotros, pero no podemos elegir toda la plantilla, así que hay colegas que llegan destinados. Y se encuentran un modelo muy dinámico, basado en proyectos, trabajo en grupo y equipos docentes transversales. Deben hacer un salto importante para incorporarse a nuestro instituto...
En eso estamos, ayudando, formando y aprendiendo juntos.
Te deseo también un buen final de curso! :)
Un abrazo,
Boris
Pues muchas gracias, José María!
ResponderEliminarTe agradecería mucho que me mandaras la versión tuya de este tema.
Me gustará mucho leerla.
Un abrazo,
Boris