Una competencia es la combinación de habilidades prácticas y cognitivas interrelacionadas con conocimientos, valores, actitudes y emociones, los cuales son movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz y eficiente.
Un competente digital, en consecuencia, es aquella persona que es capaz de realizar lo anterior en un contexto y con unos medios digitales. Y esto no tiene nada que ver ni con la fecha de nacimiento, ni con las horas de exposición a la red, ni con el uso concreto de determinados dispositivos, herramientas o juegos. A nuestro entender, son variables importantes para caracterizar a las personas en relación a las TIC, pero el núcleo duro del asunto se encuentra en el campo del saber y del aprendizaje.
Que los jóvenes de los países ricos hayan crecido en un entorno en el que las TIC están completamente socializadas, no debería crear falsas expectativas sobre su verdadera competencia digital. Una competencia va asociada a la acción eficaz y eficiente, así que debe significar un empoderamiento real de las personas. Ser experto en el uso de determinados dispositivos o herramientas digitales no es suficiente para considerar a alguien competente digital. Estas habilidades deben ser utilizadas para aumentar sus capacidades y su libertad y no para actuar, por ejemplo, como usuarios cautivos de grandes marcas como Google, MySpace, Flickr, YouTube o Facebook... convertidos en auténticos proveedores de ingentes cantidades de datos que serán debidamente aprovechados cuando convenga. La tan invocada conversación, co-creación, etc. tendrá siempre un contenido banal si no va aparejada a conocimientos, valores, actitudes y emociones valiosas. Leyendo estudios como el PIC y observando los perfiles de las personas que son sumamente competentes en entornos digitales, algo no encaja con todo el discurso imperante sobre los llamados “nativos digitales”. Conozco un montón de “nativos digitales” con poco pelo, algún que otro hijo y bastante vista cansada...
Por si esto fuera poco, algunas de las características asociadas a los nativos digitales (realizar tareas simultáneas aunque de bajo componente cognitivo, participar en la red con el fin de expresarse de forma subjetiva, crear su identidad pública sin ningún pudor, mostrar-se fascinados por las novedades tecnológicas, transgredir los usos habituales de las herramientas o los códigos comunicativos, etc.) son rasgos bastante propios de la adolescencia y de la juventud, que probablemente siempre han existido en sus correspondientes formas históricas. No niego que la juventud tenga un perfil actual específico, el que corresponde a un entorno digital, pero se ha sobredimensionado su importancia.
En fin, naturalmente que hay jóvenes competentes –y muchos! – pero no porque nacieran en tal o cual fecha, ni adoptaran ninguna determinada ideología geek o web 2.0, ni se sobreexpusieran a la red. Sencillamente, tenían más talento, capacidades y oportunidades para aprender que otros... y lo hicieron! A menudo con seriedad, esfuerzo, pasión y trabajo. Nada original ni exclusivo de su generación, la verdad.
Así pues, la capacidad de movilizar muchos tipos de conocimientos, de afrontar situaciones y problemas en el ámbito digital y tecnológico, de regular la dimensión cognitiva y emocional en función de unos intereses, cobra su verdadero sentido si es abordada en el marco del saber y no de la dimensión generacional.
Y esto nos remite a cuestiones centrales sobre el aprendizaje. Cuestiones nada novedosas como: ¿Qué es lo determinante para la adquisición de la competencia digital? ¿Cómo se consigue la transposición de los conocimientos a diferentes contextos digitales?¿Cómo aparejamos la competencia digital con valores y propósitos dignos? ¿Cómo se puede contribuir al crecimiento personal y ciudadano en este entorno digital? ¿Qué tipo de metacognición conviene para ir más allá de entrenar habilidades (ICT skills) o dominar aplicaciones? ¿Qué hábitos y usos tecnológicos son generadores de cultura?
Quizás deberíamos abandonar la obstinación por caracterizar a una generación y asegurar un verdadero empoderamiento de todas las generaciones a través de una promoción seria de las competencias digitales. No perdamos más tiempo en clasificaciones y orientemos el trabajo a reducir la brecha entre los competentes y los incompetentes digitales. Y, a su vez, en poner esta competencia digital al servicio de las necesidades de las personas, de la cooperación mutua, de la justicia o de la bondad. Importa poco si son nativos, inmigrantes, peregrinos, residentes, zombies o mutantes!
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Acabo de leer un magnífico post de Tíscar Lara que apunta ideas complementarias a las que acabo de escribir, con la seriedad y el rigor que acostumbra mostrar: no dejéis de leerlo!
Muy oportuno, y mejor escrito de lo que yo hubiera sido capaz.
ResponderEliminarMe preocupa ver cómo los 'ilustrados' de las TIC están 'robando la escena', poniendo las herramientas por encima de los valores, las competencias, los objetivos.
¿Qué podría hacerse (podríamos hacer) para resituar el debate?
Boris:
ResponderEliminarComo viene siendo habitual en tus artículos, tienes la virtud de hacer sencillo lo complejo.
También Los mundos de Yalocin manifiesta preocupaciones similares y también aquí pregunto ¿dónde empezamos a debatir, a trabajr?
Excel·lent!
ResponderEliminarMolt bo, Boris !
ResponderEliminarFantástico post, lo que dice y cómo lo dice. Qué curioso que pensáramos en los mismos términos y al mismo tiempo. Quizás no sea tanta casualidad y una muestra más de un sentir de algo que nos preocupa aquí y ahora... Da que pensar :)
ResponderEliminarEstimados amigos,
ResponderEliminarGracias por vuestras valoraciones!
Quizás cierta beligerancia con los que Ricard llama “ilustrados-tic” pueda ayudar a difundir una visión diferente sobre la competencia digital y la brecha de conocimiento y empoderamiento que conlleva. Pero fácilmente caeríamos en el “frentismo” y esa estrategia no es buena, no solamente por la descomunal desigualdad de la presencia de ilustrados-tic en la red, en los medios y en los eventos, sino porque convierte el debate en polémica y no en discusión racional.
Pienso que la mejor opción es la de los argumentos y, no tanto en la red, sino en los sitios en que se toman las decisiones: consejerías y ministerios (de Educación, Trabajo, Administraciones, Gobernación), grandes corporaciones, fundaciones con proyectos, consejos editoriales, empresas consultoras, etc. No digo que sea fácil, pero probablemente es necesario.
Un ejemplo de mi campo: el congreso Internet en el Aula supuso un dispendio de recursos descomunal muy mal orientado: ¿Quién tomó las decisiones sobre la finalidad, el enfoque de los contenidos, la organización o la plataforma web que daba soporte al congreso? Dicho en positivo: hay que ayudar a los que toman las decisiones a que lo hagan mejor!
Estaría muy bien una buena estrategia de formación y difusión en un ámbito general, pero creo que debería venir después, cuando haya muchas más personas más informadas y formadas sobre competencias digitales. Creo que todavía estamos en la fase de aprender (yo el primero). Respecto a la pregunta concreta mi parecer es que hay que crear más líderes y más agentes del cambio en lugares claves, en vez de polemizar en los media digitales.
Tiene razón Tíscar: todas estas coincidencias no son fruto de la casualidad. Sin embargo, los cambios de enfoque –o de “marcos mentales”, como bien escribe Ricard en su bloc- a gran escala no requieren campañas de sensibilización o promoción de las TIC sino estrategias integrales. Y esto no concierne a iniciativas personales, queda fuera de nuestro alcance. Seguramente, una forma de empezar, más modesta y eficaz, es crear oportunidades de cambio en nuestros ámbitos de trabajo. Y, por supuesto, también es necesario unir los esfuerzos de personas que compartimos determinados puntos de vista. Pienso que, de hecho, es lo que ya estamos haciendo. Aunque, seguramente, habrá que articularlo de alguna manera, como sugiere Angus. Pero ese es un tema que no puede abordarse en una ristra de comentarios en un blog!
Una abrazo fraterno,
Boris
Boris, estoy contigo.
ResponderEliminarEn adelante utilizaré la descripción que propones de "Competentes digitales", que me parece diáfana y que se explica por si sola. Mucho mejor que la de nativos digitales (que es falsa) o la de ciudadanos digitales (que es incompleta y tendenciosa). Esta de competentes digitales me parece espléndida.
Y también de acuerdo en que hay que trabajar para influir en los que toman decisiones, y que muy a menudo se hallan en otros contextos distintos a los nuestros. Y por algo será, es decir, que también nosotros deberemos estar dispuestos a ser influidos y adaptarnos.
Seguimos en línea.
Un abrazo,
¡Bravo, Boris!
ResponderEliminarEntre tanta fiesta dospuntocerista cada vez son más las voces distintas; señal de que, como bien dice Tíscar, hay otras perspectivas sobre el tema. Un post de lujo.
Te mando un gran abrazo.
Alejandro.
Genís, gracias por tu complicidad y por el énfasis en la necesidad de “acercamiento” entre posiciones. No solamente es necesario mejorar el enfoque del tema sino también comprender la lógica de los que toman decisiones. La comprensión del punto de partida de las otras personas es determinante para conseguir que comprendan el nuestro. Saber ponerse en el lugar del otro es una de las grandes dificultades en formación, pues supone aceptar que no te contrapones a un ignorante sino a alguien que tiene otro punto de vista y que sabe otras cosas. Hacen falta grandes dosis de pedagogía (bien entendida) en la formación sobre estos temas. Vaya, ya salió la pedagogía! :-)
ResponderEliminarAlejandro, es un placer saber que estás ahí…
Un abrazo,
Boris
Hola Boris,
ResponderEliminarmolt bon article, necessari per orientar i centrar la reflexió sobre la competència digital del jovent, massa cops tractat de forma excessivament simplista en els mitjans.
I com es pot veure llegint l'analisi sobre inserció curricular de les TIC i competència digital realitzat per Artur Tallada (http://www.xtec.cat/~atallada/competencia_digital/comptic/la_competncia_digital.html)
, aquest no és un tema que sigue fàcil de tractar.
La qüestió fonamental sobre com s'apren i com s'ha d'ensenyar en un entorn escolar, continua sent el nucli del problema. Abans sense TIC, ara amb TAC i demà no sé..., aquest problema és recurrent. Hi intervenen múltiples variables: factors personals, organitzacionals, emocionals, socials, culturals, cognitius...
Podem estar més o menys prop de resoldre el QUÊ (què s'ha d'ensenyar i què s'ha d'aprendre) de la qüestió, però el COM, el com fer realitat el què ,amic meu, continua essent un petit gran misteri, no creus?
Salutacions cordials,
marià :-)
Puede que te interese el concurso de Webs seguras organizado por el Ayuntamiento de Sabadell (http://www.i-confiable.net/index.php). Se enmarca en el proyecto i-confiable (http://www.i-confiable.net), financiado en gran parte por el Plan Avanza.
ResponderEliminarSe puede participar tanto a nivel personal com a nivel de centro, proponiendo Webs seguras y/o votando y comentando las Webs propuestas por otros participantes.
Os esperamos!
Laura Vinyals.
Benvolgut Marià,
ResponderEliminarGràcies per la teva aportació. Tinc el treball de l’Artur Tallada a la pila de documents de la taula. L’altre dia, fent broma amb ell, vaig dir-li que pot comptar que almenys UNA persona l’ha llegit. En podem comptar dues, amb tu! :-)
El tema de la competència digital crec que l’hem de tractar, almenys en educació, en el context de les altres competències. És una part d’un tot més gran que no hauria de semblar un epítom del món tecnològic. Estic tractant de difondre aquesta necessitat al Departament d'Educació, no sé si amb molt o poc èxit!
En efecte, el moll de l’os és com s’aprèn i com s’ha d'ensenyar en un entorn escolar. Però no crec que, a aquestes alçades de reflexió epistemològica, didàctica, psicològica o pedagògica, estiguem a les palpentes. Potser no sabem tots els "coms", però en sabem bastants: prendre en compte els coneixements, capacitats i habilitats dels alumnes, ser sensibles al seu grau de desenvolupament cognitiu, incorporar la gestió del desig i la necessitat de despertar la passió per l’aprenentatge i el coneixement, considerar seriosament la qualitat dels continguts, atendre a la significativitat i funcionalitat dels mateixos, no oblidar la naturalesa mental dels aprenentatges, promoure la interacció, la transformació de la informació, exigir reflexió sobre el propi aprenentatge (metacognició), construir una relació pedagògica rica i sòlida, etc... Sabem com fer-ho, però no ho fem. Tenim, almenys, dos forats negres: hi ha molts professors i mestres que no fan tot això (no poden o no en saben!) i tenim una gestió estructural dels canvis necessaris totalment inexistent o, per a ser optimista, massa dèbilment articulada.
En fi, Marià, com pots veure, seguim en la lluita! ;-)
És un privilegi tenir-te de lector.
Estimada Laura,
Gracias por tu propuesta. Soy contrario a cualquier forma competitiva en todos los ámbitos de la educación. Naturalmente admito que a alguien le estimule competir para mejorar, pero no es mi caso. Procuro no participar jamás en ellos, aunque a veces no he tenido más remedio, como en el caso de mi plaza de profesor! Os deseo mucho éxito, porque el propósito lo vale!
Un abrazo,
Boris
Hola Boris,
ResponderEliminarfer lectures de textos reposats amb el temps permet fer també reflexions reposades. M'apuntes un bon grapat d'aspectes que englobes dins del "com" de la qüestió, i jo crec que no, que de fet han passat a formar part del "què" de la teoria pedagògica i no de la praxis.
Si sabéssim traslladar la teoria dels models metodològics a la pràctica d'aula, llavors tindriem un saber fer sobre el "com" fer allò que diem en el "què". Però no, en la professió docent, a diferència d'altres no s'ha resolt el problema de la transferència del saber fer, de la praxis professional.
Potser en part pq es tracta d'una pràctica d'elevada complexitat i que a voltes hi ha la percepció compartida que s'està més prop de l'art que de la tècnica.
Si per exemple parlem de lideratge com un factor clau, COM s'arriba a ser realment un bon líder?
Si per exemple parlem del treball en equip com a factor clau, COM s'arriba realment a treballar bé en equip?
Si per exemple parlem de tenir i contagiar passió , COM s'arriba a ser un apassionat i apassionar?
Si per exemple parlem de transversalitat i treball per competències, COM s'arriba a tenir professorat transversal i suficientment competent?
Si per exemple considerem essencial l'entorn de l'alumne, COM es pot canviar des de l'escola l'entorn familiar i social de l'alumnat amb dificultats d'integració?
Acàs existeix un manual tècnic d'aplicació universal sobre el COM canviar el comportament de les persones? i si existís, es podria aprendre? i si es pugues aprendre, es podria arribar a implementar?
Què cal canviar en educació i com canviar-ho, me temo amic meu que pertanyen a dues categories de problemes de dimensions radicalment diferents.
Potser estem davant d'un problema amb múltiples solucions particulars en funció del context humà, temporal, organitzatiu, cultural ..i del contorn social, econòmic, geogràfic,...però amb cap solució general. Crec que encara continuarem caminant durant bastant temps amb voluntat ferma però febles torxes en una escola a les fosques.
Salutacions cordials,
marià :-)
Benvolgut Marià,
ResponderEliminarMoltes gracies pel teu comentari.
L’he deixat, també, reposar uns dies però, tot i això, no em sento capaç de donar-li una resposta adequada i, encara menys, en un comentari al blog!
T’apunto una petita consideració personal, a l’espera d’alguna trobada fecunda en la que puguem treballar junts... :-)
Penso que no hi ha transferència directa entre la teoria i la pràctica en pedagogia. És una il•lusió de la racionalitat. El món no és racional, la pedagogia, tampoc. Sempre hi haurà un salt en el buit entre “el dir” i “el fer” en educació. Meirieu té un llibre magnífic sobre tot això: La pédagogie entre le dire et le faire. Le courage des commencements (1995).
Tractar de traslladar la teoria dels models metodològics a la pràctica d'aula és una quimera. Les teories il•luminen les nostres pràctiques i les doten de significat, però no són les nostres pràctiques. M’he format en la disciplina musical i en la Història de l’art i la meva aproximació a la pedagogia es deutora d’aquest substrat primigeni: per a mi una classe es un acte creatiu. Quan parles d’un manual tècnic d'aplicació universal se'm posen els pels de punta!
Sóc més optimista que tu: crec que sabem què canviar i com fer-ho en un grau suficient de visió com per posar-nos en marxa. Sabem prou coses per intentar-ho. Per a transformar l’educació del país ens cal el compromís de molta gent i jo em sento un més en aquesta empresa. Ja és alguna cosa.
He tractat de fer-ho sempre a les meves classes. Naturalment, no ho aconsegueixo fer gairebé mai. Però aquest “gairebé” és el que m’esperona a seguir intentant-ho. Estic segur que les teves preguntes les podrien respondre millor els meus exalumnes que no pas jo, que sóc part del problema i de la solució. En cap cas, però, no em sento a dins d’una escola a les fosques, més aviat en un camí ple de certeses i de dubtes que m’esperonen a seguir avançant... Cap a on? No ho sé amb certesa absoluta, però penso que el sentit ens el donarà el nostre pas. En el millor dels casos, el trobarem mirant enrere quan siguem més vells i més savis.
Com veus, no sé donar una resposta convincent a les teves encertades observacions.
Seguirem reflexionant-hi.
Una abraçada,
Boris
Me parece un comentario muy acertado ya que, en la actualidad muchas personas piensan que por pasar muchísimas horas en la red son competentes digitales y realmente no es así. Olvidan que ser competente significa aprovechar todas aquellas oportunidades para aprender con otros lo cual es inseparable de los valores, aptitudes y emociones.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con tu reflexión.
ResponderEliminarConsiderar hoy en día que los jóvenes que hemos nacido rodeados de tecnologías de la información y la comunicación somos totalmente competentes en dicho aspecto, supone caer en la ignorancia. Y es que, aunque sí desarrollamos competencias que generaciones pasadas no tuvieron la oportunidad de desarrollar, la mayoría de los jóvenes no somos totalmente competentes, pues desconocemos los peligros, los riesgos o el sentido de responsabilidad en internet.
Para Jessica Quero, administradora del blog “Social Media y Marketing Digital: “En España, los menores comienzan a tener redes sociales alrededor de los 14 años”. A ésta edad, y sin una asignatura obligatoria en el sistema educativo que aborde temas como: Responsabilidad en la red; Peligros; Privacidad o Identidad digital, los menores se encuentran expuestos.
Aspectos como el desconocimiento de la importancia de la privacidad, pueden causar que muchas veces demos información en exceso tanto de manera consciente, como inconsciente, mientras que el afán de los jóvenes por conseguir seguidores hace que estos acepten cualquier petición de amistad sin conocer realmente a la persona. No son menos importantes temas como los challenges, retos que ya se han llevado la vida de adolescentes poco concienciados con el daño que se puede producir en la red, ni podemos obviar aspectos como: La suplantación de identidad, el ciberbullying, el Grooming o el Sexting.
En definitiva, y basándonos en que hoy en día más de 45.300 jóvenes españoles son adictos a las redes o que, según el último estudio del Centro Reina Sofía y la FAD, uno de cada tres menores (34%) ha sufrido maltrato por Internet o redes sociales, es innegable que, aunque los jóvenes hayan crecido entre dispositivos digitales, en la actualidad, y ante la falta de una educación basada en la competencia digital, los adolescentes están lejos de ser expertos en la materia. Lo único que puede causar la consideración de estos como nativos digitales es que se reste importancia a la educación considerando que éstos ya han desarrollado, por el mero hecho de nacer en la era de las TIC, las competencias digitales necesarias.
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